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controlar la ira

por manuel

Tener una licencia de manejo es un privilegio y una responsabilidad. No es suficiente con decir que no serás un conductor agresivo. Te debes monitorear continuamente y evitar los comportamientos agresivos al volante de manera proactiva. La mayoría de los automovilistas creen que no actuarán agresivamente en la carretera y aun así muchos conductores terminan haciéndolo de todos modos.

Como mencionamos en capítulos anteriores del curso, un gran número de conductores admiten haberse comportado de forma agresiva en un momento u otro, a pesar de reconocer que la ira de carretera y la agresividad del conductor son problemas graves de seguridad pública. El problema es que quizás es más fácil identificar tu propio comportamiento agresivo en retrospectiva que en tiempo real. Muchas personas no logran darse cuenta cuando se vuelven enojadas, frustradas o nerviosas detrás del volante a tiempo para evitar que esos sentimientos las lleven a la agresividad.

Los conductores agresivos son una amenaza para ellos tanto como lo son para los demás usuarios de carretera. Si quieres evitar este riesgo innecesario, debes aprender a controlar tus emociones y tu estado mental al conducir.

Controlar las emociones

Tener una naturaleza negativa o una disposición volátil de pone en un riesgo mayor de enojarte en los entornos adversos de la carretera. Sin embargo, incluso las personas que habitualmente son calmadas y tranquilas pueden ceder ante la presión de manejar y volverse agresivas. Lamentablemente, los sentimientos poderosos como enojo, frustración y ansiedad son tan abrumadoras que a veces ciegan a un conductor agresivo al hecho de que está actuando de manera irracional. ¡También pueden sacar de tu mente todo lo aprendido sobre reglas de carretera y seguridad vial!

Debes aprender a identificar los sentimientos de enojo o frustración a medida que se desarrollan. Sin estar consciente de tu estado mental cambiante será imposible controlar tus emociones. Cuando notes que los pensamientos y sentimientos agresivos empiezan a aparecer, puede ser útil pensar en el panorama general. Si tienes frustración porque estás atascado en el tráfico, recuerda que todos los demás conductores a tu alrededor están en el mismo barco. Estas personas no te quieren molestas, están sufriendo junto a ti. Recuerda que todos en la carretera tendrán una experiencia menos estresante si todos están comprometidos a tratarse de manera cortés y permanecer calmados.

Buena parte del trabajo que necesitarás para evitar convertirte en un conductor agresivo ocurre antes de emprender del viaje. Asegúrate de estar preparado mental y emocionalmente para el viaje y será mucho más fácil mantenerte en control.

Preparación para el viaje

Crea el hábito de comprobar tu estado mental y emocional antes de conducir. Si ha pasado algo en tu vida personal o profesional que te haga sentir enojado, triste, frustrado o emotivo en alguna otra forma, debes intentar abordar estos sentimientos antes de subirte al asiento del conductor. Considera estas tácticas que puedes usar para evitar que estas emociones causen pérdida de enfoque y reacciones exageradas en la carretera.

Tomarse un breve “descanso” antes de conducir suele ser la manera más efectiva de calmar las emociones negativas. Por ejemplo, si te sientes nervioso puedes hacer lo siguiente:

  • Toma 10 minutos para hablar con un amigo cercano o familiar. Evita hablar con alguien que pueda hacerte sentir más emocional.
  • Haz una caminata corta y toma aire fresco antes de manejar. Intenta enfocarte en tu respiración en lugar de profundizar en la situación que te está afectando.
  • Siéntate en silencio y reflexiona en las cosas de la vida que extrañarías si dejas que tu mal humor te lleve sufrir una lesión o morir en un accidente de tránsito.

Aun cuando tengas prisa, es importante sacar el tiempo para estos ejercicios de tranquilidad antes de conducir. Es mejor llegar tarde a un compromiso pero hacerlo en una sola pieza que no llegar del todo por verte involucrado en una colisión. Si no puedes calmarte a pesar de estos esfuerzos, acepta que no puedes manejar y considera un medio de transporte alternativo.

Cómo calmarte detrás del volante

Mientras conduces, presta atención a tu condición mental, emocional y física, utilizando estos consejos de prevención para calmarte:

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    Asegúrate de que la temperatura dentro del vehículo sea agradable.
    Es fácil ponerse nervioso si el automóvil está demasiado caliente. Las altas temperaturas también provocan sueño.

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    Evita apretar los dientes y asegúrate de que tu mandíbula esté relajada.
    Tener tensión en la cara puede llevar a sentimientos de ansiedad.

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    Por el mismo motivo, presta atención al agarre del volante.
    Toma el volante de manera firme pero evita agarrarlo con mucha fuerza, ya que podría hacerte sentir tensión.

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    Si te frustras, trata de escuchar música relajante en el estéreo.
    Mantén el volumen bajo, ya que la música con mucho volumen puede empeorar la ansiedad e irritar a los demás usuarios de carretera.

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    Practica la respiración controlada y profunda para manejar los sentimientos de frustración.
    Oxigenar tu cuerpo puede aliviar la tensión, conectarte con el mundo y hacerte sentir más relajado.

No dejes que otros te provoquen

Puedes ser una víctima y permitir que otros conductores te provoquen o puedes tomar control de tus emociones y elegir cómo responder ante las situaciones negativas. Si ves que un conductor cercano se agita, haz lo que puedas para ayudarlo en lugar de ponerte nervioso. Recuerda que las emociones y los comportamientos son contagiosos. Así como la frustración puede pasar de un conductor a otro en el tráfico pesado, comportarse de manera calmada y con cortesía puede tranquilizar a otros conductores y a su vez hacerlos que se comporten con más consideración. Algunas veces todo lo que se necesita es un acto amable para que el conductor frustrado restaure su fe en la humanidad y regrese del punto de ebullición.

Consecuencias y sanciones de la conducción agresiva

Nadie puede obligarte a conducir de forma cortés y respetar las reglas de la carretera. Manejar es un privilegio de los adultos y como adulto (o adulto joven) tienes el derecho de elegir cómo comportarte. Sin embargo, debes saber que si decides manejar de forma agresiva, ignorar las leyes de tránsito o poner en peligro a otros usuarios de carretera, habrá consecuencias negativas. Puede que sean inmediatas, retardadas, sutiles o catastróficas. El punto es que será inevitable una reacción negativa de algún tipo.

La consecuencia inmediata más obvia sería una colisión como resultado de tus acciones. Esto podría resultar en tu muerte, la muerte de alguien más, lesiones graves, costosos daños a la propiedad y un aumento de tus cuotas del seguro. Si vives y eres culpable, también puedes esperar tener consecuencias legales.

Incluso si logras evadir una colisión y sales de tu acción agresiva sin lesiones, existe la posibilidad de que seas responsable legalmente por infringir la ley y poner vidas en peligro. La conducción agresiva es peligrosa y tiene varias consecuencias legales. Por ejemplo:

  • Si lastimas a otra persona, puedes ser declarado culpable de agresión u homicidio voluntario, delitos que te llevarían a una larga pena en prisión.
  • Es MUY probable que suspendan o revoquen tu licencia permanentemente.
  • Puede que debas acudir a una clase de manejo de la ira obligatoria.
  • Recibirás una multa y tendrás que pagar una compensación a la víctima.

En momentos de furia ciega, una persona a menudo se siente intocable, lo que hace que la perspectiva de ser responsabilizada por sus actos no esté tan presente en su mente. Debes enfocarte en el hecho de que si un policía ve que tus acciones provocan algún daño, tendrás la obligación de enfrentar lo que hiciste. Si chocaste con otro vehículo y debes intercambiar datos de seguro, estarás cara a cara con la persona que has agraviado. Si huyes de esta responsabilidad podrías enfrentar cargos criminales.

Una de las cosas más tristes sobre los incidentes graves de conducción agresiva es que el conductor infractor por lo general actúa en un momento de locura de una forma que no refleja quién es en realidad en su vida diaria. Las buenas personas hacen cosas terribles en las carreteras todos los días como resultado de ira y frustración no controladas. Deben cargar con la culpa por lo que han hecho por el resto de sus vidas.

Haz que tu comportamiento en las carreteras refleje la persona que quieres ser en la vida. Concéntrate en desarrollar una actitud servicial y cortés, tener tolerancia hacia los demás usuarios de carretera, perdonar sus errores y plasmar la mejor experiencia de manejo posible mediante una perspectiva positiva. Recuerda: ¡Se supone que conducir es una actividad divertida y liberadora!