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tomar actitud contra la ira

por manuel
Aprender a conducir no es una tarea que se debe tomar a la ligera. Es importante prepararte mentalmente para la mezcla de emociones que experimentarás en el asiento del conductor. A veces sentirás emoción, euforia, liberad y una sensación de poder. Aunque estos son sentimientos esencialmente positivos, aún pueden ser abrumadores y llegar a tener un impacto negativo en tus maniobras de conducir con seguridad. 
  1. La importancia de una actitud positiva
  1. Evitar las emociones peligrosas
  1. Identificar las influencias negativas
  1. Comentarios al conducir
  1. Aprender a corregir los malos hábitos de manejo

También debes aceptar que la conducción no siempre es una experiencia positiva. Dependiendo de las acciones de otros usuarios de carretera y los eventos en el entorno de la carretera, es posible que experimentes ansiedad, nerviosismo, frustración o enojo. Adoptar una actitud positiva y autorreflexiva desde el inicio de tu viaje de aprendizaje te ayudará a controlar estas emociones y mantenerte seguro detrás del volante.

La importancia de una actitud positiva

No se puede subestimar la importancia de adoptar una actitud de manejo positiva para evitar la ira de carretera. Podrías ser el conductor más habilidoso y conocedor del planeta pero aun así presentar un peligro para ti y para los demás cada vez que te subes al asiento del conductor si lo haces con una mala actitud. ¿Entonces por qué importa la actitud?
Las decisiones que tomas mientras conduces son el factor de mayor influencia en cuanto al nivel de riesgo al que te expones. Tomar las decisiones correctas te protegerá del 99% de todos los conflictos en la vía. Por otro lado, tomar decisiones erróneas aumentará drásticamente el riesgo que enfrentas en cada situación en la carretera. Si te vuelves un mal conductor que decide mal, es cuestión de tiempo para verte involucrado en un accidente de tránsito.
Tu actitud al volante determinará el tipo de decisiones que tomarás como conductor. Si te subes al auto con una actitud cortés, consciente y considerada, tendrás más probabilidades de tomar decisiones de manejo seguras. Si te comportas de manera desconsiderada o actúas como si fueras “un regalo de Dios para la conducción”, eventualmente cometerás un error y será más temprano que tarde. Recuerda que cualquier error puede costarte la vida.

Evitar las emociones peligrosas

Es fácil sentirse poderoso e intocable en el asiento del conductor. Debes recordarte el peligro que enfrentas cada vez que manejas para no desarrollar una actitud de conducción peligrosa. Emociones como enojo, egoísmo, pereza e impulsividad no tienen lugar detrás del volante. Debes aprender a identificar estas cualidades negativas en ti cuando aparezcan y eliminarlas antes de que te pongan en riesgo.

Identificar las influencias negativas

Los conductores con malas actitudes suelen estar condicionados por un contacto prolongado con otros conductores con malas actitudes. La forma en que pensamos está influenciada drásticamente por las personas más cercanas. Si un padre, un hermano mayor o un amigo muestra una mala actitud al conducir, es probable que hayas adquirido algunos de esos hábitos peligrosos. Estos rasgos heredados pueden ser difíciles de detectar y aún más difíciles de corregir, por lo que es tan importante mantener una actitud de autorreflexión al aprender a manejar.
Considera si alguna de estas situaciones se aplica en tu experiencia de conducción antes de convertirte en estudiante de manejo:
1
Uno de tus padres se frustra visiblemente cuando está al volante y grita o toca la bocina con regularidad hacia los demás conductores.
2
Tus películas favoritas o programas de TV tienen personajes que manejan de manera peligrosa y son recompensados por ello con un alto estatus social.
3
Tus amigos valoran la conducción temeraria.
Con frecuencia se lucen al conducir y reciben elogios por exceder el límite de velocidad, girar las ruedas, hacer carreras o provocar a los demás.
Puede que no pienses que estas experiencias formarán la manera en que tú conduces pero si no monitoreas tu actitud con cuidado, es algo que pueda pasar fácilmente. Recuerda que solo porque algo se siente “normal” no significa que sea normal o seguro.

Comentarios al conducir

Utilizar la técnica de comentarios mientras conduces con tu instructor te puede ayudar a desarrollar una actitud de manejo positiva, sacando de raíz cualquier pensamiento problemático a medida que aprendes. La próxima vez que tomes una lección, habla con tu instructor sobre las cosas que notas en la carretera adelante y cómo intentarás ajustar tu comportamiento de manejo. Como instructor calificado, rápidamente notará actitudes dañinas y malos hábitos que afecten tu capacidad de razonamiento y podrá decirte cómo hacer correcciones.
La práctica es importante cuando estás aprendiendo a manejar pero debes tomar en cuenta que solo la práctica consciente puede arreglar los malos hábitos de conducción. Si conduces con tus padres o amigos con frecuencia sin una actitud de autorreflexión, podrías terminar empeorando los malos hábitos en lugar de solucionarlos.

Aprender a corregir los malos hábitos de manejo

Desarrollar una actitud positiva y hábitos seguros de conducción requiere de enfoque y repetición. Cuando detectes la formación de un mal hábito, debes considerar qué acción podría reemplazar de mejor manera ese hábito para hacerte un conductor más seguro. Luego practica aplicando el hábito nuevo y positivo, una y otra vez hasta que lo hagas de manera automática.
Toma en cuenta que crear un hábito “bueno” no significa que el trabajo esté terminado. A medida que ganas experiencia y tienes más comodidad detrás del volante, los buenos hábitos pueden deshacerse por culpa de la pereza o el exceso de confianza. Mantener una actitud positiva al volante es un compromiso de por vida. Siempre debes prestar atención a la forma en que tomas decisiones detrás del volante y eliminar los malos hábitos de raíz de inmediato.