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Tracción en la carretera

por manuel

Muchas situaciones peligrosas en la carretera pueden llevar a la pérdida de tracción de las ruedas del vehículo. La palabra “tracción” describe la capacidad de las ruedas de agarrarse a la superficie de la carretera. Sin tracción, tus llantas no podrán rodar y se deslizarán por la superficie. Mantener la tracción es necesario para parar, arrancar y maniobrar tu vehículo.

  1. ¿Qué afecta la tracción?
  2. Peligros de la pérdida de tracción
  3. Pérdida de tracción por la lluvia
  4. Lidiar con la pérdida de tracción
  5. Control de tracción

En este módulo, te presentamos la idea de tracción y cómo se ve afectada por las condiciones adversas en la carretera. Más adelante, nuestra sección de fuerzas naturales y ciencia de manejo explorarán la tracción con más detalle. Por ahora, todo lo que necesitas saber es que la tracción solo es posible cuando las ruedas pueden empujar hacia la carretera sin patinar. Esto puede ser un problema cuando la superficie de la carretera está resbaladiza debido a agua, hielo, nieve, barro, hojas mojadas, químicos u otra sustancia resbaladiza.

¿Qué afecta la tracción?

No hay solo un factor que determine qué tan bien se agarra tu vehículo a la superficie de la carretera. La tracción (o la falta de ella) está influenciada por una gran variedad de temas, de los cuales algunos están bajo tu control. A menos que conozcas el área donde manejas lo suficientemente bien para evitar un tramo de carretera especialmente peligroso (quizás, uno que haya sido reparado o sea peligroso con mal tiempo), no podrás controlar los factores ambientales que afectan la tracción. Sin embargo, sí puedes manejar tu forma de conducir y mantener tu vehículo con tal de maximizar la tracción cuando te encuentres con condiciones peligrosas.

En general, las superficies ásperas y texturizadas crean buena tracción, mientras las superficies más suaves llevan a una mala tracción. Estos son los factores principales que afectan la tracción al conducir:

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El material con que la superficie de la carretera está hecha.
Las carreteras con buen mantenimiento tienen superficies con materiales diseñados para mejorar la tracción, como el asfalto. Los caminos más rurales o con poco mantenimiento suelen estar rotos, con irregularidades o pavimentos con materiales sueltos como grava, por lo que ofrecen menos tracción.

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La condición de la carretera.
La tracción entre las ruedas de tu automóvil y la superficie de la carretera se verá reducida significativamente cuando la carretera esté suave, húmeda o resbaladiza debido a condiciones ambientales. La lluvia, la nieve y el hielo, el barro, las hojas mojadas y los residuos químicos de los vehículos son algunas de las peores sustancias que reducen la tracción. Estudios muestran que detenerse sobre asfalto mojado toma hasta 25% más tiempo que detenerse en condiciones secas.

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El estado de tus llantas.
Al igual que las superficies de las carreteras, las llantas de los vehículos están diseñadas para maximizar la tracción. Neumáticos con mucho desgaste o desinflados disminuirán el agarre a la superficie de la carretera. Las llantas desgastadas tienden a tener una banda de rodadura más baja y una superficie más lisa que las llantas nuevas, lo que facilita que patinen a través de la superficie de la carretera. Las llantas infladas en exceso también crean una superficie más lista y reducen la tracción, ya que el exceso de aire las hincha hacia afuera. Los neumáticos desinflados técnicamente aumentan la tracción, pero son igualmente peligrosos debido a que brindan menos estabilidad para tu vehículo durante los giros.

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El peso de tu vehículo.
El peso del vehículo afecta la cantidad de tracción que tus ruedas tienen con la carretera. Los vehículos más pesados suelen tener mejor tracción que los vehículos livianos, ya que la tracción aumenta cuanto más sea el peso que empuja las llantas hacia la superficie de la carretera. Toma en cuenta que la energía cinética del vehículo (cuánta energía tiene cuando se mueve) y la fuerza requerida para arrancar o parar también aumenta con el peso. Esto significa que un vehículo más pesado necesitará una tracción mayor para arrancar o reducir la velocidad que un vehículo más ligero.

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El equilibrio de tu vehículo.
El equilibrio del vehículo se refiere a la distribución del peso total del automóvil en las cuatro ruedas. Una distribución uniforme de peso es lo ideal cuando se trata de mantener la tracción y el control del auto. Varios factores pueden hacer que tu vehículo se desequilibre al tener más peso empujando hacia las ruedas frontales, traseras o laterales. En esta situación, las llantas que soportan menos peso tendrán peor tracción. Aceleración, desaceleración, giros y cargas pesadas en tu maletero pueden afectar negativamente el equilibrio de tu vehículo.

Peligros de la pérdida de tracción

Perder tracción en las ruedas delanteras del vehículo puede llevarte a una situación peligrosa conocida como subviraje. Cuando esto ocurre, el vehículo no responderá al volante y podría continuar directamente hacia adelante mientras tratas de girar a la izquierda o la derecha. Esto suele pasar al tomar una curva en la carretera en una superficie de carretera resbaladiza o a una velocidad demasiado alta. En vez de seguir la curva en el camino, el vehículo sigue en línea recta hacia el costado de la carretera.

La pérdida de tracción de las ruedas traseras puede llevar a sobreviraje. Cuando las llantas traseras tienen poco o ningún agarre sobre la superficie de la carretera, dirigir el volante de tu automóvil tendrá resultados exagerados. La pérdida de tracción de las ruedas traseras suele ocurrir al frenar mientras conduces en una carretera con curvas. En esta instancia, la caída en la velocidad podría pasar el peso hacia las ruedas delanteras, reduciendo el agarre de las ruedas traseras y haciendo que la parte trasera se mueva en la dirección opuesta al giro.

Pérdida de tracción por la lluvia

El agua en la carretera debido a la lluvia o una inundación disminuirá el agarre de tu vehículo a la superficie de la carretera. Agua empozada en la vía es un peligro obvio, aunque muchos conductores no se dan cuenta de lo peligroso que puede ser un poco de humedad en la carretera. En cuanto a la pérdida de tracción, uno de los entornos más peligrosos es un camino ligeramente mojado en los primeros 10 a 15 minutos después de que ha empezado a llover, especialmente si no ha llovido durante mucho tiempo antes de esto.

Cuando se acumula una pequeña capa de lluvia en una carretera relativamente concurrida después de un periodo seco, levantará residuos de suciedad, aceite y otros químicos dejados por los vehículos en la superficie de la carretera. Esta combinación de agua y químicos resbaladizos en la superficie del asfalto reduce la tracción drásticamente pese a ser prácticamente invisible para los automovilistas. Si sigue la lluvia moderada más allá de este punto, eventualmente los químicos se eliminarán, mejorando ligeramente la tracción.

El aquaplaning o hidroplano es otro efecto peligroso provocado por la pérdida de tracción de las ruedas del auto con la carretera, haciendo que estas se deslicen a través de la superficie de agua sobre el camino. Reducir la velocidad es la única forma efectiva de evitar el aquaplaning.

Lidiar con la pérdida de tracción

Los conductores seguros y defensivos siempre se enfocan en la prevención más que en la cura para evitar accidentes y choques. Existen tácticas que puedes implementar para corregir la pérdida de tracción si esto ocurre de forma inesperada y provoca que tu vehículo derrape, aunque tu prioridad debe ser manejar con cuidado y dar mantenimiento a tu vehículo para evitar que la pérdida de tracción suceda en primer lugar. Para evitar la pérdida de tracción:

  • Ajusta siempre tu velocidad para adaptarse a las condiciones de la carretera.
  • Asegúrate de que tus llantas tengan una banda de rodadura lo suficientemente profunda y reemplázalas en intervalos adecuados.
  • Mantén tus neumáticos inflados según la presión especificada por el fabricante.
  • Dale mantenimiento a tu vehículo con regularidad y arregla cualquier problema con la suspensión para tener un equilibrio óptimo del vehículo.

El módulo “Corregir la Pérdida de Tracción” en una sección posterior de este curso proporciona una lección en profundidad sobre cómo lidiar con la pérdida de tracción en diferentes situaciones de manejo. Es información de seguridad muy importante, así que asegúrate de estudiarla con atención. Por ahora, empezaremos con un resumen sobre cómo corregir la pérdida de tracción cuando ocurra.

Si pierdes la tracción en tus ruedas delanteras:

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Apunta y dirige el volante en la dirección que quieres que el automóvil se mueva.
No gires el volante con fuerza, ya que esto empeorará el derrape.

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Suelta tu pie del acelerador para volver a equilibrar tu automóvil.
Bombear el freno con fuerza puede enviar el peso hacia las ruedas delanteras y ayudarles a ganar tracción nuevamente.

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Sigue maniobrando suavemente a medida que las llantas delanteras empiezan a agarrarse de la carretera.

Si pierdes tracción en tus ruedas traseras:

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Enfoca tu mirada en la dirección a la que quieres ir.
No mires hacia el costado de la carretera.

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Suelta el pie del freno o acelerador para ayudar a retomar el equilibrio del peso de tu automóvil.
Conforme las llantas rueden, empezarán a ganar tracción.

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Sigue maniobrando suavemente en la dirección que deseas viajar.
Prepárate para alinear tu vehículo nuevamente girando el volante en la dirección opuesta a medida que se corrige el sobreviraje.

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Una vez que alineas el auto con la carretera, acelera suavemente para enviar nuevamente el paso hacia las ruedas traseras.

Control de tracción

Muchas personas creen equivocadamente que los sistemas de control de tracción (TCS, por sus siglas en inglés) pueden mejorar el agarre de la misma forma que lo harían las cadenas para llantas, evitando que los vehículos queden atrapados en nieve profunda o hielo. Esta no es la manera cómo funciona el control de tracción electrónico. Sin embargo, sí mejoran la forma en que tu vehículo responde a los entornos de poca tracción.

La mayoría de los vehículos modernos están construidos con sistemas electrónicos de control de tracción para minimizar la pérdida de tracción en las superficies de carretera resbaladizas. Algunos de estos sistemas manejan electrónicamente la cantidad de potencia de aceleración que va a las ruedas motrices para que el conductor no tenga que preocuparse de presionar el acelerador demasiado fuerte y haga que las ruedes giren sin control.

En la mayoría de los vehículos con TCS, un sensor electrónico detecta qué tan rápido están rotando las ruedas motrices. Una rueda que pierde tracción se deslizará por la superficie de la carretera y girará más rápido que las otras ruedas. Cuando el control de tracción detecte esto, automáticamente presionará y soltará el freno en la rueda que va más rápido para reducir su velocidad hasta que gane tracción una vez más.