Manejar bajo la lluvia puede ser igual de peligroso que conducir en condiciones de hielo o nieve. El agua en la superficie de la carretera puede afectar gravemente el control del vehículo, mientras la lluvia en sí dificulta la visibilidad. Debes saber cómo enfrentar estos desafíos y manejar de manera segura en situaciones húmedas y lluviosas. Todos los riesgos del clima húmedo y lluvioso pueden disminuirse al reducir la velocidad. Esta debe ser la primera acción que tomes.
Poca visibilidad
Al igual que la nieve, la lluvia puede afectar negativamente tu capacidad de ver la carretera adelante, los vehículos cercanos y los peligros que se aproximan. Es posible que bajo una lluvia intensa no puedas ver más de 100 pies adelanté de tu vehículo. Si este es el caso, no puedes conducir de forma segura a más de 30 mph. Toma en cuenta que, en condiciones con lluvia y vientos extremos, es posible que necesites detenerte con regularidad para limpiar el barro y otra suciedad de tu parabrisas, luces delanteras y luces traseras.
Para obtener la mayor visibilidad al conducir bajo la lluvia, usa esta guía:
- 1
Utiliza las líneas del borde derecho o las líneas centrales visibles al frente de tu vehículo como guías.
- 2
Elimina las distracciones dentro de tu vehículo (por ejemplo, apaga la radio).
- 3
Enciende las luces y los limpiaparabrisas.
- 4
No enciendas las luces de emergencia, ya que esto puede hacer que los demás conductores asumen que tu vehículo está detenido.
- 5
Mantén tus luces bajas, ya que las luces altas pueden reflejarse en la humedad del aire y crear destellos de luz.
- 6
Señala tus giros más temprano para que los otros conductores que también están lidiando con baja visibilidad tengan la oportunidad de conocer tus intenciones.
- 7
Evita las secciones sin pavimentar de la carretera.
- 8
Presta atención a los otros vehículos que pueden no tener las luces encendidas.
Carretera resbaladiza y mala tracción
El agua acumulada en la superficie de la carretera es una mala noticia, aunque no es la causa principal de los accidentes relacionados con la lluvia. ¡Una cantidad sorpresivamente pequeña de lluvia puede crear situaciones de manejo increíblemente peligrosas!
Si no ha llovido en mucho tiempo, se pueden acumular aceite y otros químicos en la superficie de la carretera. La lluvia fresca afloja estos químicos para crear una capa resbaladiza sobre el asfalto, una situación perfecta para patinar, derrapar y perder el control de tu vehículo. Debes tener un cuidado especial con el clima caluroso, ya que el calor hará que se acumule más aceite en la superficie del asfalto.
Cuando la carretera se vuelve resbaladiza, debes reducir la velocidad de 5 a 10 mph y aumentar tu distancia de seguimiento de cinco a seis segundos. Si necesitas parar, evita hundir tu pie en los frenos ya que esto podría provocar un derrape. En vez de eso, aplica los frenos gradualmente de forma controlada, soltando el pedal si sientes que el vehículo empieza a patinar. Siempre que la carretera esté mojada, toma las curvas y los giros más lentamente.
Todas las carreteras se pondrán resbaladizas cuando llueva, aunque debes tener especial precaución al viajar en un camino que tenga una señal que diga: “CAMINO RESBALADIZO “. Esto indica que la carretera está pavimentada con material que puede ser particularmente peligroso durante las tormentas.
Aquaplaning o hidroplaneo
Cuando la fuerte lluvia o el pobre drenaje provoquen pozos de agua en la superficie de la carretera, tus llantas podrían empezar a deslizarse sobre el agua y perder contacto con la carretera. Esto se llama “aquaplaning” o hidroplaneo y es la peor pesadilla de cualquier conductor en un clima húmedo. El aquaplaning puede causar una pérdida completa de control de tracción (agarre en la superficie del camino) y dirección del volante. Esto suele suceder a altas velocidades, por lo cual reducir la velocidad es tan importante bajo una lluvia intensa.
El riesgo del hidroplaneo también es importante si tus ruedas están mal infladas o muy desgastadas. Tener neumáticos de buena calidad con una banda de rodadura profunda puede ayudar a evitar el aquaplaning. Si te das cuenta de que estás sufriendo hidroplaneo, has lo siguiente:
- Mantén ambas manos firmes en el volante.
- Quita tu pie del acelerador para reducir la velocidad y volver a ganar tracción. No hundas los frenos ni trates de girar de forma repentina, ya que esto hará que tu vehículo derrape.
- Si debes girar, da vuelta lentamente. Si necesitas usar los frenos, hazlo gradualmente.
Manejar en aguas profundas
Si te encuentras en aguas estancadas o aguas profundas en la carretera, lo más seguro que puedes hacer es dejarlas allí sin hacer mucho más. Detén tu vehículo a un costado y considera una ruta alternativa rumbo a tu destino o espera a que el agua baje.
Nunca conduzcas a través de un área llena de agua con más de 30 centímetros de profundidad y que se mueve rápidamente. Esta profundidad puede parecer relativamente inofensiva pero cuando la corriente es fuerte, 30 centímetros de agua pueden arrastrar tu vehículo fácilmente fuera de la carretera.
Si vas manejando y el agua empieza a subir y tu motor se detiene, abandona el vehículo de inmediato y busca una superficie más alta. Situaciones como esta pueden salirse de control rápidamente y convertirse en una amenaza.
Lidiar con los frenos mojados
Tus frenos se pueden mojar cuando hay agua en la carretera y, si esto sucede, serán sustancialmente menos efectivos. Esto es provocado por el agua entre las dos superficies de contacto que actúa como lubricante y evita la fricción necesaria para frenar tu vehículo. Si bien tener frenos ineficaces puede ser aterrador cuando quieres usarlos, el problema se puede rectificar rápidamente si tienes cabeza fría.
Si tus frenos están mojados, es posible que te empujen hacia un lado o simplemente no funcionen. Afortunadamente, puedes secar tus frenos al reducir la velocidad, mantener una marcha más baja y frenar con suavidad. Aplicar los frenos de manera suave debería eliminar toda el agua acumulada y devolver la capacidad de frenado a la normalidad.